domingo, 27 de enero de 2013

A.

Así son estas cosas ahora A. las paredes se empiezan a cerrar a veces, nadie se entiende, te escribo así, de repente, como a veces lo hago, te escribo con los dedos entre llanto. 
Te recuerdo ahora, creo que estás cerca, me obligo a creer que estás cerca, así es como hago para que el aire no falte, de vez en cuando me encierro en las recámaras para hablar contigo. lamento que no hayamos hablado A. me dueles, siempre me dueles como una espina, como un fuego que me quema desde los pies hasta el alma.
He limpiado todo, cien veces, pero vienes a descomponerlo, como cuando te miré por última vez, cantando en silencio.
A ti te ha gustado el juego, recuerdo cómo jugabas en la casa, en el patio, no estabas consciente de nada. A veces me pregunto si tienes ya tienes consciencia de algo, me da un miedo de perros al pensar que hablas de mí, pero más me atormenta que no hables, que tu cuerpecito esté entregado a ideas perversas de mi persona.
Cada noche estás riendo como siempre, siempre reías, pero siempre llorabas.
Aún recuerdo A. que el tiempo nos colmaba, que las lágrimas estaban cansadas de la tarde y del sol, pero jamás nos cansamos de nosotros.

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