lunes, 14 de enero de 2013

Tan tarde, tan siempre.

Entonces estamos solos,
solos con la lengua seca por la prisa,
con las manos atadas a la tarde,
estamos clavados,
hijos de vientres expuestos,
con frío.
El hombre está gritando,
las paredes están gritando,
los hijos del hombre gritan,
sueñan y cabalgan en bicicleta,
escuchan la radio y el miedo.
Sabe el hombre de tiempo,
también de miseria,
me he cansado,
no siempre,
de encerrarle los ojos al perro,
de encariñarme con el gato.
¡Ah! esta gana infrahumana de pensarlo todo,
de estar quieto y saberme desgraciado,
no puedo clavarte en los ojos el pan de un dios,
ni en la garganta un gemido de cadáver,
pero te mostraré el otro cielo,
el infinito,
el que terminó por clausurar mis ganas
de volver al concreto.
Me dijo la madre de un tal muerto,
dijo llorando,
me comentó entre lágrimas y penas,
que en un sitio cualquiera,
su hijo hubo esperado la paz,
cantó el himno de la vida
y pereció de un golpe en plomo.
Me han escuchado hablar de el amor,
de la vida,
de muerte,
de la tarde y la vigilia,
pero quiero hablar hoy,
en prejuicio de la necedad y la infamia,
de la otra cosa,
la cosa vista y escondida,
lo que es la oscuridad,
lo que es la noche.
el pájaro que sangra y suda,
después de muerto,
el alcohol que ha bebido en la taberna,
la margarita de un jardín abandonado,
el calvo hijo de puta de la esquina,
la misma puta que parió al calvo,
siempre lo dije,
pero he callado.
La frustración viene de golpe,
en las miradas inquietantes y soberbias.
en la palabra ufana,
caricia de la sangre,
bala corazón metálico y profundo.
Porque han sido muchos los malditos,
los cuerpos sin forma y la palabrería,
los altos mandos,
los pasos cortos en que la vida va fluyendo.
Escucha,
justo ahora se han tirado los cuerpos,
los hemos visto pasearse en las aceras,
mirar en los museos,
intentar asesinarnos
y fracasar en el intento,
fracasar en el intento,
fracasar.
Entonces me llamarán loco,
como lo han hecho,
y seguiré enunciando esta verdad irrefutable,
podrán quemar mi lengua,
mi mano,
mis pies,
en busca de traición y gloria,
pero no se quema el mismo fuego,
el alma fuego,
llama incesante,
callada por la niebla,
hablada por la sangre
y la sangre que es de acero,
la que no calla ni la ciencia,
esa, es eterna, sólida ,
es mi nombre
y el nombre de los muertos.

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